viernes, 11 de mayo de 2007

GABRIELA MISTRAL (1889-1957)

Lucila Godoy Alcayata, maestra y escritora de origen chileno. Recordada por su magistral labor docente y como poetisa.

EL GRITO (fragmento)

"América, América!¡Todo por ella; porque nos vendrá de ella desdicha o bien!
Somos aún México, Venezuela, Chile, el azteca-español, el quechua-español, el araucano-español; pero seremos mañana, cuando la desgracia nos haga crujir entre su dura quijada, un solo dolor y no más que un anhelo.
Maestro: enseña en tu clase el sueño de Bolívar, el vidente primero. Clávalo en el alma de tus discípulos con agudo garfio de convencimiento. Divulga la América, su Bello, su Sarmiento, su Lastarria, su Martí. No seas un ebrio de Europa, un embriagado de lo lejano, por lejano extraño, y además caduco, de hermosa caduquez fatal.
(...)
Periodista: Ten la justicia para tu América total. No desprestigies a Nicaragua, para exaltar a Cuba; ni a Cuba para exaltar la Argentina. Piensa en que llegará la hora en que seamos uno, y entonces tu siembra de desprecio o de sarcasmo te morderá en carne propia.
(...)
¿Odio al yankee? ¡No! Nos está venciendo, nos está arrollando por culpa nuestra, por nuestra languidez tórrida, por nuestro fatalismo indio. Nos está disgregando por obra de algunas de sus virtudes y de todos nuestros vicios raciales. ¿Por qué le odiaríamos? Que odiemos lo que en nosotros nos hace vulnerables a su clavo de acero y de oro: a su voluntad y a su opulencia.
(...)
Discutimos incansablemente, mientras él hace, ejecuta; nos despedazamos, mientras él se oprime, como una carne joven, se hace duro y formidable, suelda de vínculos sus estados de mar a mar; hablamos, alegamos, mientras él siembra, funde, asierra, labra, multiplica, forja; crea con fuego, tierra, aire, agua; crea minuto a minuto, educa en su propia fe y se hace por esa fe divino e invencible.
¡América y sólo América! ¡Qué embriaguez semejante futuro, qué hermosura, qué reinado vasto para la libertad y las excelencias mayores! "
1922, Santiago de Chile.

Nostalgia

¿Cuántas veces la nostalgia nos hace vivir y ver los sitios de una manera determinada? Las migraciones son un fenómeno tan antiguo como el mismo hombre.

Mi tío, pocos días antes de viajar a España me decía “ti vas ver rapariga como os galegos te reciben bien, e ti vas querer esa terra como eu quero Uruguay”. Sí, llevaba más de 30 años en Montevideo, volvió dos veces a España de visita, pero seguía hablando casi como el primer día.

Joyce nos describió al Dublín de su época desde la distancia, Rosalía de Castro, desde Galicia, dibujaba en sus poemas la morriña de los gallegos en el exilio. La literatura muchas veces recoge y sirve de vehículo para ilustrar como la nostalgia de un sitio, de su gente, nos hace ver todo de otra manera y extrañar lugares, personas, comidas, aromas, de una manera inexplicable.

“Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas”
Pedro Páramo, 1955.
Juan Rulfo (Méjico,1918-1986)

A papá, a Nati, a mi familia, a la rambla de Buceo, al amanecer en Punta del Diablo, al olor del asado recién hecho en casa, a los gritos de la abuela, porque los extraño...