miércoles, 18 de abril de 2007

¿Qué es para vos la pobreza?

¿Qué opinas del modo occidental, hoy, de pensar la inmigración? También aquí se trata de una cuestión de puntos de vista... Respondo recurriendo a un trabajo de imaginación histórica: la historia como habría podido ser... Cristóbal Colón no pudo descubrir América porque no tenía visado y no tenía ni siquiera pasaporte. A Pedro Alvares Cabral le fue prohibido desembarcar en Brasil porque habría podido llevar consigo la viruela, el sarampión, la gripe y otras pestilencias desconocidas en el país; Hernán Cortés y Francisco Pizarro se quedaron con las ganas de conquistar México y Perú porque no tenían el permiso de trabajo; Pedro de Alvarado fue rechazado en Guatemala; Pedro de Valdivia no pudo entrar a Chile porque no tenía el certificado de buena conducta otorgado por la policía; los peregrinos del Mayflower fueron devueltos al mar porque en la costa de Massachussets no había vacantes abiertas a la inmigración... Pienso siempre que para comprender una situación es necesario hacer este ejercicio del punto de vista. Así, con el tema de la inmigración habría que preguntarse qué habría pasado si América latina hubiera actuado de la misma manera que hoy actúan los países desarrollados frente a la inmigración. Hay muchos casos, no todos, pero son muchos los migrantes que hacen un viaje de retorno al país de origen del abuelo o de la abuela, como en Italia o en España, por lo que es de esperar que sean acogidos como lo fueron en América cuando el viaje se hacía en sentido contrario. Es una tragedia de nuestro tiempo esta inmensa masa migrante que vaga por el mundo buscando casa. Muchos son expulsados por las guerras, muchos por las catástrofes que se llaman "naturales", pero que de naturales no tienen nada, y muchos son expulsados por la miseria, por la pobreza. Cuando yo era joven existía una verdad universal: la pobreza es hija de la injusticia; si existía la pobreza, era porque existía la injusticia. Hoy las cosas han cambiado mucho: el mundo no piensa de la misma manera, y para buena parte de la humanidad o, por lo menos, para buena parte de la minoría gobernante, dominante, la pobreza ya no es hija de la injusticia porque la injusticia no existe, la pobreza es el castigo a la ineficiencia. Por lo tanto, no es injusta. Este tipo de razonamiento, de mentalidad, era inimaginable en el mundo de los años sesenta y setenta. Las cosas han cambiado mucho y la inmigración paga las consecuencias de este cambio. Este es un tema muy importante y probablemente un signo del tiempo, un gran signo del tiempo: esta tragedia de las fronteras que se abren mágicamente al paso del dinero, al paso de las mercancías, pero que se cierran al paso de los seres humanos, al paso de la gente. La mía es una acusación contra todo sistema que prefiere los objetos, las cosas, a las personas.



¿Qué es para ti la pobreza? Los pobres, los verdaderos pobres, son todos aquellos que no tienen tiempo para perder tiempo. Los verdaderos pobres, son aquellos que no tienen silencio y no pueden comprarlo. Son aquellos que tienen piernas pero se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas han olvidado volar. Son aquellos que comen basura y la pagan como si fuera comida. Son aquellos que tienen el derecho de respirar mierda como si fuera aire. Son aquellos que tienen sólo la libertad de elegir entre un canal de televisión y otro. Son aquellos que viven dramas pasionales con las máquinas. Son aquellos que estando entre muchos, están siempre solos. Los pobres, los verdaderos pobres, son aquellos que no saben que son pobres.
Punto de vista. Entrevista a Eduardo Galeano.

1 comentario:

  1. No sólo dice verdades como puños, sino que además las grita, no las enmascara. Galeano no entra dentro de lo políticamente correcto, entra dentro del alzamiento de la voz de aquellos que no la tienen (o no les dejan tener).Cada cosa que leemos de este hombre te da golpecitos en algún lugar de aquí dentro, no se exactamente en cual, pero te toca,te llega, y sobretodo te hace pensar, te hace pensar mucho.

    Me alegro que gente como tú, Magdalena, propagues su voz, sus ideas, sus verdades que debieran ser las de todos...mientras tanto sigamos la utopía, que como el autor dice, es la que nos hace caminar.

    Un saludo!

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